Estudiantes venció a Boca por 1-0 en cancha de Quilmes, se levantó luego de algunos sinsabores y relanzó su candidatura para quedarse con el torneo. Con sus armas de siempre, efectividad y solidez, ganó con total justicia.
El Pincha golpeó en su primer ataque del partido. Enzo Pérez abrió para Marcos Rojo por la izquierda, quien al recibir cerca del vértice del área sacó un terrible zurdazo que se fue a clavar contra el ángulo más lejano del arco de Lucchetti. Golazo del equipo de Sabella. Boca sintió el impacto, perdió la batalla en la mitad de la cancha y el local estuvo cerca del segundo tras una pésima salida del ex arquero de Banfield.
Tras el impacto del gol inicial, sin brillar, Estudiantes manejó el partido con sapiencia, gracias al buen aporte de Verón y Pérez, y no pasó ni un sofocón ante un equipo apático, desganado y que parecía jugar por nada. ¿Sabían los jugadores de Boca que enfrentaban a uno de los candidatos al título? No hubo juego, ni rebeldía y esos primeros 45 minutos del equipo de Borghi fueron de lo peor de la temporada.
En el complemento Boca se plantó unos metros más arriba, tuvo más control de la pelota porque Viatri también bajó a volantear, pero carecía de ideas como para alterar la paz del León, que por ese entonces apostaba a acertar una contra.
La paciencia de Borghi ante esa falta de chispa duró 14 minutos, cuando se decidió a sacar a Escudero y Chávez, ambos de flojísimo nivel, por Cañete y Gaona Lugo. Pero nada cambió, el trámite siguió siendo muy pobre, pero toda la obligación era del visitante porque Estudiantes ya tenía su ventaja. Así, las culpas recayeron sobre el cuadro del Bichi, que tuvo como única aproximación un cabezazo de Palermo que murió sobre el techo del arco.
Demasiado poco para Boca, que volverá a convivir con los fantasmas que en algún momento creyó alejados. Felicidad para Estudiantes que si vence en la semana a Gimnasia en el clásico, tomará el liderazgo del Apertura.
El Pincha golpeó en su primer ataque del partido. Enzo Pérez abrió para Marcos Rojo por la izquierda, quien al recibir cerca del vértice del área sacó un terrible zurdazo que se fue a clavar contra el ángulo más lejano del arco de Lucchetti. Golazo del equipo de Sabella. Boca sintió el impacto, perdió la batalla en la mitad de la cancha y el local estuvo cerca del segundo tras una pésima salida del ex arquero de Banfield.
Tras el impacto del gol inicial, sin brillar, Estudiantes manejó el partido con sapiencia, gracias al buen aporte de Verón y Pérez, y no pasó ni un sofocón ante un equipo apático, desganado y que parecía jugar por nada. ¿Sabían los jugadores de Boca que enfrentaban a uno de los candidatos al título? No hubo juego, ni rebeldía y esos primeros 45 minutos del equipo de Borghi fueron de lo peor de la temporada.
En el complemento Boca se plantó unos metros más arriba, tuvo más control de la pelota porque Viatri también bajó a volantear, pero carecía de ideas como para alterar la paz del León, que por ese entonces apostaba a acertar una contra.
La paciencia de Borghi ante esa falta de chispa duró 14 minutos, cuando se decidió a sacar a Escudero y Chávez, ambos de flojísimo nivel, por Cañete y Gaona Lugo. Pero nada cambió, el trámite siguió siendo muy pobre, pero toda la obligación era del visitante porque Estudiantes ya tenía su ventaja. Así, las culpas recayeron sobre el cuadro del Bichi, que tuvo como única aproximación un cabezazo de Palermo que murió sobre el techo del arco.
Demasiado poco para Boca, que volverá a convivir con los fantasmas que en algún momento creyó alejados. Felicidad para Estudiantes que si vence en la semana a Gimnasia en el clásico, tomará el liderazgo del Apertura.
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